viernes, 23 de enero de 2009

Tras la recompensa...

Cuando llegamos a los pies del Señor lo normal es que lo hayamos hecho porque alguien nos hablo de él. Seguramente fue alguien que podría estar haciendo otra cosa en ese momento pero decidió dejar eso y compartir contigo el mensaje mas hermoso que hay: Las Buenas Nuevas de Salvación.

Es seguro que esa persona tendrá su recompensa en este siglo y en el venidero.La predicación del evangelio no es una opción, no es si queremos hacerlo o no, es nuestra responsabilidad como cristianos. La Biblia dice “el que gana almas es sabio” de igual forma obtendremos nuestra recompensa si lo hacemos. Claro está que todo esto de predicar el evangelio requiere un esfuerzo, pero como Dios es un Dios justo también tiene preparada una recompensa para todo aquel que predique su palabra.

Veamos algunas cosas que nos ayudarán a tomar la recompensa de Dios.


I. No te pierdas la bendición de ser un instrumento útil para el señor.
Puedes perder la recompensa (Ezequiel 33:6) Recuerda que una recompensa es algo que te dan por haber hecho un esfuerzo, en Ezequiel nos habla que el atalaya no solo no tendrá una recompensa, sino que será demandado de él.

II. Hacer la voluntad de Dios trae muchísimas recompensas no solo de manera individual sino colectiva.


Recompensas personales. Génesis 15:1,
a. En el cielo, II Timoteo 4:5-7, Apocalipsis 22:12, Mateo 5:12

b. En la tierra. Recordemos Mateo 6:33

Recompensa para otros

c. Salvación

d. Vida en abundancia Juan 10:10 Para el mundo.
e. Seguridad

f. Paz

g. Unidad

h. Prosperidad
i. Confianza, Etc.



Conclusión:
Pagar el precio puede traer dolor, pero siempre habrá una recompensa. Salmos 126.6 Recuerda Hebreos 6:10 y no olvides predicar en todo momento el mensaje más grandioso.


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