Que nadie se te escape!

Pero recibireís poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Hechos 1:8

Esta es una promesa hecha hace más de 2000 años, o sea que si eres cristiano el Espíritu Santo ya te dio el poder para que seas testigo de Jesús en todo lugar. ¡Qué esperas!

¿Hace cuanto tiempo eres cristiano? Seguramente si tienes un par de años de estar en tu iglesia, posiblemente recuerdes que “antes” iba a tu iglesia el hermanito o la hermanita X, pero ya no están.

O posiblemente hay muchas personas que conoces y anhelas con todo tu corazón que reciban a Jesucristo y le sirvan y por alguna razón siempre se te escapan.

Usa este poder para que nadie se te escape. Así es, que nadie se escape de la presencia de Dios.

I. ¿Qué pasa con los que se nos escapan?
a. Tienen una vida incompleta (solo en Cristo podemos Llenarla) Filipenses 3:19
b. Viven en esclavitud del pecado y del mundo.
c. No tienen vida eterna, por lo tanto están destinados a vivir en el fuego eterno.

II. Que nadie se te escape:
a. Ni la familia. Es el mejor lugar para predicar a Jesús.
b. Ni tus amigos. Si somos verdaderos amigos les compartiremos nuestro más grande tesoro: La Salvación.
c. Ni tus compañeros. Debemos de ayudarlos no solo académicamente sino que también espiritualmente, nuestros compañeros necesitan más de Dios de lo que te imaginas.
d. Ni tus vecinos. Dice un dicho: si eres cristiano tus vecinos lo sabrán
e. Ningunos de los que te rodea.

III. No seas egoísta:
a. Tú eres quien tiene la verdad.
b. Comparte la verdad. Es nuestro deber compartir el evangelio con otros, la Biblia dice: de gracia recibisteis, dad de gracia.
c. Comparte lo que tienes. Tú puedes hacerlo, no estés esperando que otros lo hagan por ti.

Conclusión:

Dios aun está preguntando a quien enviaré y quien irá nosotros, tenemos la verdad que es Jesucristo y muchos hoy se están yendo al infierno porque no estamos cumplimiento con nuestra parte, somos la voz de Jesús, somos sus manos, somos sus pies, el cuenta con nosotros, no lo defraudemos.

Que el evangelio sea predicado en toda la tierra para que Cristo vuelva pronto, recuerda es nuestra responsabilidad.