miércoles, 11 de marzo de 2009

Viendo más allá del Temor

La duda y el temor son inevitables en la vida. Preceden toda cosa buena que viene por nuestro camino y tratan de robarnos las bendiciones que Dios anhela tanto darnos.

Tener miedo no está mal; es un sentimiento humano. El error esta en permitir que el miedo nos aleje de nuestros sueños, los sueños que Dios ha puesto en nuestro corazón. Dios tiene infinitas bendiciones para nosotros, sus hijos, tiene muchas cosas buenas para nuestras vidas y es su voluntad llenarnos de ellas pero el miedo sembrado en nuestro corazón nos priva de recibir todas esas hermosas bendiciones porque no nos permite ir tras ellas.

Si nos dejamos llevar por la duda y el temor nunca daremos un paso hacia adelante. Y eso es justamente lo que el enemigo quiere que hagamos: que nos conformemos a vivir una vida promedio, solamente imaginando lo que Dios podría hacer con nuestras vidas pero sin aventurarnos a conocer los maravillosos misterios de la voluntad de Dios.


Viviremos toda nuestra vida en lo seguro, en lo familiar, en lo que hemos conocido siempre. El problema con esto es que rara vez ocurre que las bendiciones de Dios vienen a nosotros sin que hayamos dado un paso de fe. Al contrario, tenemos que salir de esa comodidad en la que hemos vivido y con fe, ir en busca de las bendiciones que Dios ya nos prometió. Si bien es cierto que es mas fácil decirlo que hacerlo, no es imposible.


Lo que necesitamos es valor, esperanza, fe, y fortaleza. Estas cosas nos dan fuerzas para seguir adelante. Es el valor el que hace al lado la venda del miedo y nos permite ver lo que podría ser realidad, las bendiciones de Dios en nuestra vida, y es la esperanza de ver la voluntad de Dios cumplida la que mantiene nuestros sueños vivos dentro de nuestro corazón.

La fe es la que nos permite cerrar nuestros ojos a los obstáculos y nos permite ver mas allá de lo que es para ver lo que será porque esa es la convicción de nuestro corazón. Y es la fortaleza la que nos levanta cuando ya no tenemos fuerzas y cuando creemos ver nuestros sueños derrotados la que nos permite seguir adelante hacia la meta. Las bendiciones y la voluntad de Dios están esperando a que nos llenemos de fe, así como lo hizo Abraham al ir tras la tierra prometida, y creamos en La Palabra que nos ha prometido que Dios estará con nosotros siempre. ~Hechos 2:39~


“La realidad de nuestros sueños depende de la magnitud de nuestra fe.” ~AB~


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