miércoles, 18 de marzo de 2009

El Llamado de Dios

I Samuel 3 Nos relata como Dios llamó al profeta Samuel uno de los más usados en su tiempo, siendo el profeta producto de una petición de su madre a Dios, Samuel fue al igual que nosotros alguien especial para el Señor.

Samuel creció en el Templo; dice la palabra que el servía en el templo. A pesar de que él servía en el Templo, aun no había sido llamado por Dios. Pero en algún momento Dios llamó a Samuel, lamentablemente al igual que algunos de nosotros no entendió que era Dios que lo estaba llamando y pensó que era Elí el sacerdote quién lo llamaba, y corrió hasta Elí a preguntarle si era él quién lo llamaba, pero tampoco Elí entendió en las primeras ocasiones que Dios estaba llamando a Samuel, después de varias veces de llamarlo, Elí entendió que era Dios quién llamaba a Samuel y atendió de la mejor manera a su llamado “Heme aquí” al igual que nosotros que hemos aceptado tener un cargo de liderazgo dentro de nuestra iglesia y le hemos dicho a Dios “heme aquí”.

Así que cuando aceptamos un cargo dentro del cuerpo de Cristo estamos comprometiéndonos con Dios para hacer lo que Él nos pide (cuidar de sus ovejas, servirles, enseñarles, orar por ellos, contribuir financieramente con la obra, etc.)

I. Dios nos designa para servirle en un lugar determinado Marcos 1:19-20 Así como llamó a los discípulos Dios nos sigue llamando, y ellos dejaron todo a un lado para servir a Jesús.

II. El llamado de Dios es irrevocable Romanos 11:29. Aun y cuando atendamos o no al llamado de Dios ese llamado siempre va a estar allí.

III. Son más los llamados que los escogidos Mateo 22:14 Dios nos está llamando a muchos para servirle, pero al igual que en las bodas, no todos atendemos ese llamado y eso es lo que nos hace siervos escogidos. Atendamos el llamado de Dios y busquemos día a día servirle para disfrutar de ese banquete de bendiciones.

IV. Debemos cada día confirmar ese llamado de Dios 2 Pedro 1:5-10 Cuando Dios nos llama y atendemos ese llamado debemos cada día confirmar ese llamado, sirviendo de una manera mejor y más entregada, permitámosle a Dios moldear nuestra vida y pongamos de nuestra parte para que el carácter de Jesús sea formado en nosotros.

Conclusión:

Entendamos que no son los hombres los que nos han llamado, sino que es Dios mismo quién nos llama, para servirle y hacer más grande su Reino con lo que hacemos. Y si nos hemos vuelto a dormir después de atender ese llamado despertemos, para que continuemos con todas esas cosas hermosas que Dios ha preparado para nosotros y los que están a nuestro cuidado. Y recordemos que cuando atendemos a ese llamado no solo nos comprometemos con nuestras autoridades sino que nuestro mayor compromiso es con el Señor.

2 comentarios:

Inmortal dijo...

Excelente!

Me gusto... =)

Lo publicare en mi Blog, seguramente otros podran ser bendecidos

Saludos

Anónimo dijo...

Claro que sí Guillermo, y claro que puedes publicar lo que encuentras aquí, así podremos llegar a mas personas y bendecirnos los unos a los otros.

Template by:
Acerca del autor